jueves, 18 de junio de 2009

El vacío que da sentido

http://www.enescenahoy.com.ar/obras2009/octubre/octubre.htm

Al comienzo, la nada, la oscuridad. Principio de toda pregunta: la duda, la hoja en blanco, el espacio deshabitado.
La propuesta de este grupo sorprende. El espectador, cómodamente sentado en su butaca y a la espera de ver un espectáculo de danza, se puede sentir desencajado. ¿De qué trata la obra? ¿Qué es este lenguaje, cómo lo defino? Es danza, teatro, música, es todo eso… ¿qué es? ¿Es un manifiesto en acción? ¿Qué digo cuando me pregunten qué tal la obra?
Así pueden encadenarse un montón de preguntas.
Desde el movimiento en la escena la obra propone otra mirada. Una que impulsa el pensamiento, la reflexión, y que pone en boca de los intérpretes interrogantes que surgen en muchos de quienes se vinculan con la danza, ya sea desde la producción, la investigación, la realización o la escritura. Por eso la obra te saca de cuadro. Es una exhortación constante donde tanto el público como los propios intérpretes son interpelados.
Están en juego la figura del director, la relación del movimiento con la emoción, la repetición, la explicación, la interpretación del público de aquello que sucede en la escena, el ensayo, la prueba y error cómo método.
En un demarcado cuadrado blanco de luz, los intérpretes actúan, bailan, se dirigen y marcan, se comunican con los técnicos y se relacionan con los allí presentes incluyéndolos de forma activa en la construcción de la obra.
Se disfruta de danza y música sin dejar de plantearse lo que sucede ni sorprenderse por los cambios que se introducen casi de soslayo en la situación.
Un espectáculo cuestionador que le da otro color a la cartelera de danza de hoy.
Nea Rattagan

lunes, 15 de junio de 2009

comentario sobre: Octubre (un blanco en escena)

11 de junio del 2009

¿Un blanco en escena? o ¿una reflexión escenificada?

En estos tiempos de sinsentido generalizado, es bueno que alguien nos involucre a todxs a pensar. En
Octubre, no se sabe mucho que pasa: ni quién baila, ni cuándo termina, ni quién dirige. La certeza, es que la creación artística (y por que nó, todo acto creativo) implica una reflexión, profunda, graciosa, colectiva. Cuando el virtuosismo no alcanza, cuando el show sólo nos excita careciendo de sentido, aparece la pregunta: ¿qué hacer?

En tanto ruido, tanto estímulo contemporáneo, hacer un alto y escenificar una duda es valioso, más si está bien logrado. Cuando se nos convoca a compartir reflexiones y búsquedas estamos menos solxs, pienso.

Ahora, por dónde se empieza o cómo, es un debate que nos concierne a todxs.

Muy recomendable.