miércoles, 6 de mayo de 2009

Tiro al blanco: el espectador

http://lunapugliese.blogspot.com/2009/04/tiro-al-blanco-el-espectador.html

¿Cuando estamos bailando nos preguntamos porqué lo estamos haciendo? Bailar nos da placer porque puede brindarnos una sensación de plenitud, de libertad. 
Otras veces nuestra actitud alude al estudio, y esto puede volver la danza más atractiva. Apreciar el control permanente de nuestras acciones y movimientos perfecta y obsesivamente cronometrados.
Al bailar a veces conjugamos el goce con el estudio. Y al construir una obra, ésta puede preguntarse por sí misma, por su sentido. Cosa que pasa todo el tiempo en "Octubre, un blanco en escena", en la que un grupo de bailarinas y el director no hacen más que hacerse preguntas y arrojárselas al público que las recibe a veces atónito, otras confundido o avergonzado, pero bastante entretenido. 
Bailamos porque no podemos hacer otra cosa: "Es imposible escuchar esta música y no bailar", dijo Vicky sin dejar de moverse. Después, al final de un impresionante solo de Florencia de poco más de dos minutos, Luis (el director) le pregunta "¿Qué sentís?". Y ella aclara que no sabría decir si se trata de 'emoción'... que en tal caso, de satisfacción por comprobar que el cuerpo le responde a cierta señal que ella envía con el cerebro. Pero 'sentir', no sentía nada, dijo.
La obra se pregunta, decía, por la propia representación, por los mecanismos de lectura del espectador, por la danza en sí misma. (¿La danza contemporánea es aquella que se pregunta por su propio sentido?) Así, aparecen los problemas de interpretación que surgen en el espectador siempre que participa de algún espectáculo de danza o de teatro. Dirección en la que ésta apuntó. Actitud arriesgada si las hay. Expuesta a tal punto que el propio director decide recibir él mismo las reacciones del público en escena. Este espectáculo se propone como un experimento divertido, al menos para sus intérpretes y creadores; y para no pocos espectadores. Sin negar algunos que, cuando tuvieron la oportunidad de participar con el nextel en la mano, también hicieron sus aportes: "¿Ustedes se creen muy inteligentes?". 
A veces las obras no quieren que se interprete nada, sobre todo en la danza, con todas sus formas y posibilidades de abstracción. ¿Porqué siempre tiene que haber algo que haya que interpretar? ¿Cómo hacer para romper en el espectador este ejercicio, estos mecanismos con los que suele ver siempre todas las obras? ¿No es posible pensar, tal vez, que las obras, cada obra, tiene sus propios mecanismos de lectura, de interpretación? ¿Siempre hay que 'leer' algo? Festejo que se cuestionen todas estas cosas. Agradezco que me rompan el relato con un inesperado show de brillante virtuosismo (cuyos bailarines me extrañé de no ver en el saludo). Me divierte que hagan participar a la gente (en una obra de danza contemporánea, toda una sorpresa). Me atrae esa actitud de riesgo que sé que implica cada función, que comprobé en la que ví y que intuyo en todas las que no veré. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario